Huracán de palabras...

HURACÁN DE PALABRAS...

Cada día me gusta más quedarme dentro de este ¿cascarón? dentro de un búnker (no de acero) si transparente como el cristal para poder seguir contemplando el cielo. Cada día mi aislamiento me satisface más al ver esos “personajes” que por lógica deberían ser nuestra imagen pública, nacional e internacional hacía el resto de los mortales. Sin embargo, cada día nuestros gobernantes se tiran de la “coleta” más asiduamente, se disparan flechas tremendamente envenenadas, se acribillan mutuamente con esas palabras bravas, casi como el temporal huracanado que nos acecha estos días... Y alguien, o algunos, o simplemente cualquiera tiene la osadía de decirme; ¡eh, baja a la tierra, que convertir la vida en poesía, es sólo de gente joven y que aún disfrutan de ella!... ¡Fuertes ignorantes! Creerse que porque nos gustan las letras, la soledad, la discreción y sólo conversar con la luna y el sol, somos por ello incompetentes...

En fin, me encanta poder tener esa capacidad de convertir las lágrimas en perlas de la realidad, el pensamiento en fuerza de la esperanza, los sueños en poemas como si así realmente los disfrutara y viviera. Las palabras, en frases entrecortadas de aliento, ánimo, fuerza, fe y contento para mi propio ego. Tal vez, mi más intimo egoísmo, más, ¡a quién le importa! Y así quisiera seguir, así me gustaría seguir descifrando la aurora, aún ya no siendo tan joven, aún sin esperar promesas, ni detalles, ni piropos, ni amores que compartir; sin embargo, como place y complace ser así. Paciente, calmado y hasta por momentos, tierno, y con el orgullo, la fuerza y el poder de la palabra, seguir disfrutando del silencio de la vida, del amor que sin querer en las palabras encuentro. Que bello es, sentir orgullo de la soledad, sin guerras, sin desgaste, sin maldad, siendo sordo, ciego y mudo entre esa lucha huracanada, entre esos ejemplos de la juventud esperada, entre esa maraña desbocada y ese desdén que sólo acabará en batallas.

Es lo que piensa este huracán bravío, este saber estar tan dócilmente escondidos, este saber guardar dolor por vendaval cansino, un instante, y todo quedará de nuevo en el olvido. Debe de ser hermoso poder abrazar a alguien en algún momento confuso, en algún instante para resguardarse del frío, probablemente sería desleal por ser incierto, incompetente, débil por no saber afrontar que la vida es lo que hay y de ella debemos saber ser siempre tremendamente agradecidos, puede que ese sea el verdadero abrazo tierno y correspondido...

Sin fobias, sin pesares, sin incógnitas y sin dolencias por vivir bajo la posesión de la coherencia; porque lo que para unos es encierro dentro de un sueño absurdo, para otros es la paz, la tolerancia y la libertad de la mente que vuela con o sin temporal y disfruta dulcemente aún siendo en soledad porque es la fuerza del subconsciente no de un cerrado pasado que dispara el inconsciente... ¡Bendito amor! Huracán del silencio y frescor diario para el corazón.

Teo(tomcab58) Oct. 2005 ©