AMORES PERROS
Todas las personas tienen sus limites, todos tienen una línea imaginaria hasta donde aguantan cosas desagradables, y dejan macerar los improperios mas ofensivos esperando el momento oportuno. Pero una vez que se cruza esa línea se desata un torbellino de emociones internas y fuegos externos que hacen temblar hasta al más inocente de todos.
Vos ya cruzaste esa línea, ya llegaste hasta el punto máximo de mi paciencia. ¿Cuánto tiempo creés que voy a esperarte? ¿Cuántos silencios tengo que esperar para que te dignes a mirarme? Tu indiferencia me hiere hasta lo mas íntimo, me recorre el cuerpo con el dolor desgarrante de una fría daga de metal.
No importa cuánto me esfuerce, cuánto te busque, nunca respondés a mi llamado.
Quizás todo sea por el simple hecho de que naciste perro, y yo humana, pero eso no te excusa ni de acá a mil años este silencio en el que me tenés sumergida.
(Microcuento de esos que me gustan a mi, escrito por Lourdes Auyeros y leido en esas interneses de Dios)
