recuerdos de agua

Amanecia despues de una noche en celo, de una batalla de pieles y sábanas.
Recuerdo su piel deslizándose con indiferencia bajo la mía.
Su espalda arañada y mis piernas eredadas a su cadera.
Recuerdo nuestras manos muertas, sus ojos cerrados, los míos abiertos.
Su respiracion agitada, mis gemidos, su lengua lasciva.
Recuerdo la textura de su pelo, el relieve de su rostro, su perfil perfecto
el contorno de su vida sobre la almohada, los lunares de su oreja.
Recuerdo su silencio, el aliento que jamás le pedí, su voz de madrugada
su mirada perdida que era una daga más grande que su indiferencia.

Amanece y detras de nosotros, una noche en vela, el delirio del humo
el alcohol de las copas rotas y sin terminar tres poemas... siempre tú.
Recuerdo que reía de noche y fumaba canciones, una tras otra
hasta que ya no podía sostener más la vida entre sus tormentos.
La niebla crece entre los cuerpos que se amaron ferozmente.
Recuerdo que me abrazaba con soltura, con la firmeza de sus brazos
y me llevaba descalza por sus laberintos y ahí me miraba en silencio
y nadie más veía la profundidad de ese océano infinito y revuelto,
que era el único compañero que nos sonreía en la vida.

Amanece despacio un nuevo día, perezoso y agónico, lleno de ti.
Recuerdo que me quería y que yo lo quería, tal vez lo quise
que se pegaba a mi amor, a mi sexo y nos íbamos siempre a la deriva,
más allá de donde comienza la noche de locura y desenfreno
más allá de donde nuestro amor se volvía una herida infinita.

Recuerdo que me amaba y que yo era roca gris de piedra y que yo lo amaba,
con este amor triste que es el mio, cargado de melancolia y cicatrices
que algunos creen que existe sólo en los libros, con este amor profundo
con este amor eterno en el que nadie más que nosotros creía,
con este amor cadencioso y azul de invierno, de corazón frío q arde
que esta hecho para lo efimero, este amor q va y viene, como las olas,
este amor q se me resvala entre los dedos, q es como la espuma
q se pierde por el sumidero de la ducha, q es todo y es nada
porque tú no estás y eres, cuando amanece, un recuerdo q se escapa.