Entre las lágrimas y la sangre.

Últimamente, cada vez que te toco acabas llorando, a veces porque eres feliz, otras porque no lo eres, en otras ocasiones la nostalgia se adueña de ti, atacando tu debilidad haciendo que, tus lagrimas broten entre un ligero chillido, soltado entre dientes, al unísono, susurras algo sobre lo mucho que echaras de menos las cosas que te rodean.
Antes, cuando no eras tu, aun no eras tu. Siempre que nuestra verticalidad suponía un problema tu sangre brotaba, ninguna razón supimos dar, pero tu sangre nos rodeaba y era como la cercana compañía, de algo, que necesitamos tener y que sin embargo no sentimos como parte del atrezzo que envolviera nuestra parafernalia.
Lagrimas, sangre, canciones preciosas que no te gustaría protagonizar. Cuando tus brazos me esperan; cuando aun los tienes abiertos a expensas de mis tardanzas, indecisiones y de renuncios; y encuentro cobijo entre tu pecho. Dándome lo que no espero, esos besos que evitan que me ahogue, cuando sumergido en agua dulce no hago pie, tus abrazos me acercan a una salvación que no he pedido. Mi único consuelo, tu mano…perdiéndome en la soledad de tus sombras, recuperándome entre las tinieblas de mi mente.
Basta un gesto de tus manos para que mi mundo se abra.
Como la ciudad de las agujas, me persigues, incluso cuando escapas de mi. A veces apareces protegida por las luces mientras tu cara se mantiene oculta detrás de las sombras que aun te protegen de mis secuestros intermitentes. Quemando los castillos donde nos sentíamos a salvo. Finales de fiesta en el amanecer del día, despertándonos juntos donde tu vida siempre se alejaba de la mía. Vidas en oscuridad que bajo la luz se separan. Pedir amor, suplicar amor, implorar la clemencia de tus besos.
Distorsiones de miradas que nos acercan, mientras nuestros pasos nos separan.
Escuchando canciones con tu nombre que me recuerdan tus imperfecciones. Hablan de tu mitad que sin ser tu no dejo de reconocer. Esperando tus reacciones, cansado de esperar…rota, sin prisa, bailando y gritando. Noches con las escamas de salitre brillando en una noche sin luna. Huyendo de una casualidad.