Hoy me desperté sin ganas de harcer nada, con ganas de no hacerlo todo... pero veo que no me acostaré en la misma tesitura.
Necesitaba algo para poder echar mano a los estudios,
necesitaba eso que hace que tenga ganas de abrir los ojos por la mañana,
aquello que me librase de al hacer cosas que no me gusten crear prejuicios...
y quitarme de la cabeza el no hacer nada por no tener ninguna gana.
No veía por qué asumir responsabilidades,
no sabía por qué cuidarme o preocuparme
de mantener vivas habilidades
que tal vez más tarde fuesen a faltarme...
No cuidaba mi aspecto porque no tenía eso que me faltaba...
No pensaba en la salud porque nada me impulsaba a ello...
No tomaba en serio los estudios porque no veía claro el futuro...
Ni siquiera me creía lo que yo mismo decía.
Hasta que llegó mi motivación...
Ella hizo que mi físico se centrase en gustarle,
que mi salud fuese de hierro para no preocuparle.
Ella provocó una reacción singular,
al hacer que viese mi futuro tras estudiar y estudiar.
Ella subió mi autoestima
al ver que era querido... amado,
al darme cuenta de que quién me mima
no veía un fin interesado.
Ella... era mi motivación, es mi motivación... espero que no me falte.
Me motivaste para valorarme a mí mismo,
te ganaste mi amor incondicional, inacabable
librándome de ese temido abismo
que es sentirse sólo e indomable.
Gracias. Eres mi motivación para poder tener futuro, tu futuro... mi futuro: el nuestro.
