Título: Policial negro Publicado por: Tronador en 9 de Septiembre 2005, 04:16:50 Lo escribí para un taller literario, tiene varios datos de el cuento "Cavar un fozo" de "Adolfo Bioy Casares", ese cuento yo no lo había leido, con lo cual, si bien varios nombres y datos son los mismos. El cuento en sí es original. Espero que les guste...
“Todo comenzó… en la puerta de la hostería “El Candil”. Con Julia, contemplábamos extasiados el vasto edificio. Tenía unas veinte habitaciones, cocina, comedor y un hermoso patio interno. Desde hacía una semana estaba en venta. Mientras mirábamos la fachada, un sonido me llamó la atención. Giré la cabeza hacia la izquierda, Don Mauricio, un hombre muy gordo, que camina como arrastrando los pies, avanzaba hacia nosotros por la vereda. Siempre anda bien vestido y en auto, pues tiene mucho dinero, se puede decir que es el dueño del pueblo. -¿Qué andan haciendo chicos? Nos preguntó con curiosidad. -Nos enteramos que se vende la hostería, queremos comprarla. Le respondí con más ilusión que realismo. -¡La llamaremos “La Soñada”! Dijo Julia, alegremente. -Me enteré que vale mucha plata. ¿Cómo la van a pagar? -Ya veremos Don Mauricio, por ahí la sacamos a pagar o con un préstamo bancario. Y usted ¿Qué raro que anda caminando? -Me lo recetó el médico. Que tengan mucha suerte con la compra. -Muchas gracias. El hombre se sonrió y siguió caminando lentamente. Averiguamos, pero en la inmobiliaria nos cortaron las alas, la propuesta que le hicimos de pagarlo en cuotas, no prosperó y en el banco, casi ni nos atienden. Ese mismo día, apareció la mujer en nuestra casa… Fue de mañana, el pelo completamente canoso, la cara con las arrugas que le marcaban los años y una sonrisa que irradiaba paz. Si tuviera que decir como es un ángel, diría que tiene su cara. -¿Ustedes alquilan un cuarto? Me preguntó con una expresión bondadosa en su rostro. -Si, nos viene bárbaro el alquiler. Rápidamente llegamos a un acuerdo y pasó a vivir en el cuartito del fondo. Que tiene la entrada, por el costado de la casa. Nunca nos enterábamos de sus actividades, pues no hablaba mucho y siempre se iba en silencio. Un día, haría un mes que estaba en el cuartito, nos llamó la atención, que al llamar a su puerta, no nos contestase. La habíamos visto llegar un rato antes, con lo cual insistimos. Luego de un rato, como yo tenía otra llave, abrimos la puerta. Estaba tirada en el piso y le salía espuma de la boca. Llamamos a la ambulancia, pero no sirvió de nada.” Luego de este relato, Raúl guardó silencio. Tres semanas habían pasado, desde que falleció la anciana. Muchas cosas habían cambiado, habían comprado la hostería y habían comenzado a repararla. Un extraño hombrecito que los venía siguiendo, los golpeó y los ató, en una de las habitaciones. Allí, estaba Raúl, tratando de dar explicaciones, sin entender el porqué. Unos rayos del sol del atardecer, que venían del patio interno de la hostería, iluminaban la habitación en reparaciones. -¿Y qué hicieron con la plata? Les preguntó el hombrecito. Julia, no contestó, simplemente emitió un gemido. Raúl intentó mirarla, pero estaban atados de espalda y no podía girar tanto la cabeza. Además, esta le dolía, a causa de los golpes recibidos. -Ya le dije, no encontramos casi nada de plata y además… lo que encontramos se lo llevó la policía. ¡Pregúntele a ellos! El hombre se tomó unos segundos para reflexionar. Raúl le preguntó. -¿Qué plata podría tener esa viejita? -Esa viejita fue mi cómplice en una estafa y tenía trescientos mil pesos encima. Se hizo un incómodo silencio. El joven, se quedó pensando en la anciana, no podía creer que fuese una estafadora. -Decime la verdad. ¿Qué hicieron con la guita? -No sé de que me habla, se lo juro. El hombre abrió desmesuradamente los ojos, una terrible idea se le cruzó por la mente. -¿De donde sacaron la plata para comprar la hostería? El pequeño hombre, se impacientaba cada vez más. -No la compramos, un día, nos llamaron de la inmobiliaria y nos dijeron que el dueño había decidido regalárnosla. No sabemos quien era el dueño, ni por qué nos la regaló, pero lo hizo… Raúl, forcejeaba con las cuerdas, Julia, ya ni siquiera gemía. -¡¿Me querés hacer creer, que un tipo de la nada les regaló una hostería?! ¡¿Te crees que soy idiota?! El hombre tomó el revolver que estaba sobre la mesa y se lo apoyó a Julia en la sien. -Mire, todo lo que sé, es que acompañé a la mujer a un campo, se bajó del auto con una maleta y se metió en una casa abandonada. Cuando volvió a subir, ya no tenía la maleta. Si quiere lo puedo llevar… ¡Le estoy diciendo la verdad! -¿Te crees que me voy a tragar ese cuento? Se gastaron la guita en la hostería, muy bien. Ahora van a pagar el haberme robado. Ya no gritaba, pero la tranquilidad en la voz del hombre, asustó a Raúl. -¡No se de que plata me habla! Gritó Raúl, con lágrimas en los ojos. No oyó el disparo, pero la convulsión del cuerpo de Julia y la sangre que salpicó el piso, le anunciaron la pérdida. El cansancio invadió el cuerpo del joven y los músculos se aflojaron, el único signo de vida que emitía, eran las lágrimas. -¡Ahora, te toca a vos! Fue rápido, Raúl, ni siquiera percibió que el hombre apretó el gatillo. El pequeño hombrecito, se cercioró de no haber dejado huellas y salió del edificio. Se detuvo unos segundos y se quedó mirando la fachada en reparaciones. Un sonido le llamó la atención y giró su cabeza hacia la izquierda. Un hombre bien vestido, pero muy obeso, avanzaba por la vereda haciendo un ruido peculiar al caminar. -¿Conoce a los chicos que compraron la hostería? Le preguntó este, respirando dificultosamente. -Si, me pregunto de donde sacaron la plata para comprarla. Don Mauricio se rió. -¿Le puedo contar un secreto? ¿Me promete no contárselo nunca a los chicos? -Si, por supuesto. Le contestó el hombrecito intrigado. -Muy bien, entonces le pongo las cartas sobre la mesa. Raúl es hijo mío, él no lo sabe, su madre y yo tuvimos un romance. Y como ella nunca me dejó contarle la verdad… Bueno, vi una oportunidad para ayudar al muchacho y le regalé la hostería. Espero que ahora pueda salir adelante. Don Mauricio, se alejó caminando lentamente, mientras silbaba bajito. El pequeño hombre, se alejó tambaleante hacia el lado contrario… Título: Re: Policial negro Publicado por: Alkawueto en 9 de Septiembre 2005, 10:26:24 -alabar -ok -ok -ok
Excelente narración... Tronador... -bye -bye -bye Título: Re: Policial negro Publicado por: Tronador en 17 de Septiembre 2005, 14:12:17 Alkawueto, te agradezco el comentario.
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