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LA HOGUERA DE LA VIDA...

…Más a menudo de lo que parece, basta con creer en nosotros mismos para que todo cambie y mejore claramente. (Reflexión del librillo de las flores, del aroma de la verdad y del perfume de la claridad mental, según quién lo lea... ¡¡Claro!!)

Si el ser adulto, grande de pensamiento, sensato de sentimientos y claros con los deseos, si así fuese, deberíamos comprender de una vez por todas que; ni el tren de la vida se detiene, ni la hoguera del alma se apaga, ni la luz del cielo se oscurece, mientras la conciencia viva y sea consciente con lo que tiene, quiere y ama...
Y mucho más a menudo de lo que parece, los que hablamos con el silencio es porque nos transmite demasiadas cosas que no logramos con los seres reales, con el humano que sólo tiene egoísmo y poco más. Nos transmite, armonía, paz y tremendamente calma de serena lealtad. Y por ello, nada suele ser como piensan aquellos que nos observan, que creen que nos lamentamos, que no entienden que son degustaciones, aromas para los tormentos o felicidad sin más de nuestra propia vida y su vaga afinidad por dar luz donde se suele creer oscuridad. ¡Falso! Totalmente absurdo, sólo nos gusta conversar con la soledad, la gran amiga, la gran verdad que nos devuelve coraje, vida y esa libertad de seguir creyendo, creando amor con dignidad...

Más a menudo de lo que parece, suele ser el aliento el que como el viento da fuerzas para seguir volando, para tener fuerzas y así guiarnos por las ideas del pensamiento. No siempre la buena nueva suele ser agotamiento, o alegría sin esencia de la propia vida. A partir que somos capaces de comprender que la tormenta ha cesado, es entonces cuando el sol radiante brillará en nuestros pensamientos, cuando el alma triunfará y todo saldrá del corazón. Sin embargo, no como muchos creen, porque cada ser humano tiene un camino, un destino, un azahar, una estrella que deberá guiar según cada necesidad. Fiel y coherente a ese tren que sigue por la vía del inconsciente, por la mente del viviente y que no parará mientras la lealtad a la vida sea como la llama viva que aunque herida, sigue alumbrando aún siendo para tantos tan desconocida...

...Sólo ha sido como casi siempre, una reflexión a la luz que particularmente me ilumina y me guía... Sólo es gratitud a esa hoguera que cálida aún alumbra el camino del cielo hacia el alma. ¡Y no por ello! Soy diferente, ni mejor ni peor, sólo aprendí a vivir como el sol... Brillar desde la mañana para poder bañarme cada noche al sereno de la noche azul, gratinada sin perlas, más siempre con esmeraldas perfumadas... La vida es como una hoguera, mientras tengas leña, tendrás palabras para calentar el bienestar del alma...

Teo(tomcab58) Sept. 2003   ©