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Area GENERAL (Actualidad, Sexo, Humor y Varios) => Foro de Chistes => Mensaje iniciado por: NoMeMiresAsi en 1 de Julio 2009, 17:58:22



Título: Anecdotas sobre la Benemerita
Publicado por: NoMeMiresAsi en 1 de Julio 2009, 17:58:22
Y ya desde el principio se sucedieron las primeras anécdotas. Una de las primeras le ocurrió al propio Narváez. Un Guardia Civil no le dejó llegar hasta la entrada del Teatro Real de Madrid. Por ahí no pasaba nadie y no pasó.

Pero sin duda, la mayoría de los grandes momentos que ha vivido la Guardia Civil han tenido lugar en las carreteras españolas. Tráfico nació en 1959 y entonces se convirtió en la pareja más fiel de las carreteras. Y con ellos, nació todo un universo de excusas que los conductores han puesto a lo largo de estos años.

En los primeros años, un señor se saltó un stop y casi provoca un accidente. Al ser parado por la Guardia Civil, el hombre, sin ningún pudor exclamó: “Hombre, agentes, si llego a verles sí hago el stop.

Y en las carreteras gallegas, tuvo lugar una de las anécdotas estrellas del libro. Se produjo un encontronazo entre cuatro guardias civiles en su coche patrulla y un señor entrado en años con una bicicleta. Casi se produce el accidente, de no ser por que el agente que conducía el coche le esquivó. Con los nervios, pidieron al ciclista el permiso de conducir. El anciano, sin inmutarse, se señaló el paraguas y exclamó: “Si quieres le doy también el permiso de armas de la escopeta. ¡No te jode!”.

O en una carretera madrileña, en la que un despiste de un agente provocó un accidente con otro vehículo. El conductor, desorientado tras el choque, al ver a la Guardía Civil, se sorprendió: “¡Coño, ya están aquí!”.

En los últimos años, otra gran frase ha pasado a nuestro vocabulario habitual. Es la clásica: ¡Sople por aquí, por favor!. El alcoholímetro, sobre todo en los últimos años, además de hacer mucho bien por la seguridad vial, ha dejado numerosas anécdotas.

Como aquel ciudadano que soplaba y soplaba y espetó al agente que él “no era un compresor”. Y otra ocasión, en la que un conductor, bastante perjudicado, agarró la linterna y no encontraba el lugar por el que soplar.

O aquellos lo bastante realistas: “No hace falta que sople, porque ya estoy bastante soplado. Me he bebido 22 vinos y 2 cubatas”. Y tal era su insistencia, que el Guardia Civil tuvo que colocarlo en el atestado: 22 vinos y 2 cubatas.

En los últimos años, la picaresca se ha acentuado con la llegada de los puntos. Estos días se cumplen cuatro años de su entrada en vigor, y en la carretera se han producido todo tipo de situaciones. Por ejemplo, numerosos abuelos y abuelas, algunos ya fallecidos, han vuelto a conducir a gran velocidad por nuestras carreteras.

Y miles de anécdotas más que han ocurrido en carretera. Como una urgencia en la que una señora no podría entrar en su coche porque su caniche había cerrado el seguro. O un chico que llamó a los agentes para que le ayudaran a hacerse… ¡el nudo de la corbata!.

Todo tipo de llamadas y operaciones

La Guardia Civil desarrolla a lo largo del año miles de operaciones y redadas. Muchas aparecen en los medios y son temas muy serios (drogas, trata de blancas…) Pero en ocasiones, no es tan serio.

En una redada contra una clínica ilegal de fecundación, encontraron en un armario 200 preservativos usados, con contenido y anudados. Estaban perfectamente ordenados.

Y las llamadas. Quién no ha llamado alguna vez a la Guardia Civil. El libro recuerda algunos momentos míticos. Una chica que no era capaz de “quitarse el tampax”, denuncias por llevar una minifalda corta, tener que escoltar a un torero en vespa desde Galapagar a Madrid o un conductor de carro borracho, son sólo algunos ejemplos de algunas ‘operaciones’ que ha tenido que llevar a cabo el cuerpo a lo largo de los años.

La incorporación de la mujer

Por último, el autor dedica un capítulo a la incorporación de la mujer a la Guardia Civil. Aunque ya es habitual ver a cualquiera de las más de 4.000 agentes que hay en España, en los inicios de la mujer en el cuerpo, en 1988, todo parecía muy extraño.

En los primeros días, había mucha confusión. En un cuartel, un hombre llegó a denunciar un hecho. Al ver a la agente, su reacción fue tajante: “Anda, chiquilla, quitate el uniforme de tu padre…”.

También hubo confusiones por teléfono. Al responder una agente, al otro lado de la línea se llegó a oír: “Póngame con un Guardia Civil de los de verdad, de los de siempre”. O en aquella plaza de un pueblo, en la que un niño gritó a su padre: ¡Mira, un Guardia Civil con peluca!”.

Pero no, era una mujer. No estaba de incógnito. Por suerte, todo esto ya se ha superado y ya es totalmente normal ver mujeres con el uniforme verde de la Guardia Civil. Y ahora, tanto mujeres como hombres están en todas partes.



Título: Re: Anecdotas sobre la Benemerita
Publicado por: JCarlos2013 en 1 de Julio 2009, 18:07:18

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Me a gustado mucho el Articulo ... GRACIAS por compartirlo      -ok