Título: Recorriendote... Publicado por: Anonima en 13 de Agosto 2008, 18:16:59 RECORRIENDOTE Quiero morder tu carne, salada y fuerte, empezar por tus brazos hermosos como ramas de ceibo, seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños ese pecho, cueva donde se esconde mi cabeza hurgando la ternura, ese pecho que suena a tambores y vida continuada. Quedarme allí un rato largo enredando mis manos en ese bosquecito de arbustos que te crece suave y negro bajo mi piel desnuda seguir después hacia tu ombligo hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo, irte besando, mordiendo, hasta llegar allí a ese lugarcito -apretado y secreto- que se alegra ante mi presencia que se adelanta a recibirme y viene a mí en toda su dureza de macho enardecido. Bajar luego a tus piernas firmes como tus convicciones guerrilleras, esas piernas donde tu estatura se asienta con las que vienes a mí con las que me sostienes, las que enredas en la noche entre las mías blandas y femeninas. Besar tus pies, amor, que tanto tienen aun que recorrer sin mí y volver a escalarte hasta apretar tu boca con la mía, hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento hasta que entres en mí con la fuerza de la marea y me invadas con tu ir y venir de mar furioso y quedemos los dos tendidos y sudados en la arena de las sábanas.... -besito -besito -bye G. Belli Título: Re: Recorriendote... Publicado por: Paddy en 14 de Agosto 2008, 01:18:28 En medio del silencio Nos importó tan poco lo "cuerdo" del momento, cual cita inexorable, cual agujero en tiempo, y detuvimos todo, incluso nuestro aliento para volvernos locos en medio del silencio... Te desnudé con besos aquel pudor que en vano detuvo un sólo instante las íntimas caricias, sonreíste más tajante, apartabas mi mano... mas emprendí hacia al norte, debajo, en tu camisa. Y en lo que te conozco jamás has sido fría... y aquel "que no querías" tan sólo era un pretexto para dejar de un lado aquello que sentías desviando con astucia lo que concierne al sexo. Y en lo que me conoces cuando juntos estamos un mundo compartimos aún más allá del sexo dejando a las neuronas aparte del contexto y el corazón que libre nos diga a dónde vamos. Por eso aquella tarde grabada en la memoria, de atiborradas ganas rondando nuestro lecho, inexorablemente, antes de haberlo hecho, estabas condenada... a sentirte en la gloria.[/b] -besito -bye Beto Aveiga- Ecuador |