Título: Canciones de María Elena Walsh Publicado por: Marye en 30 de Septiembre 2006, 15:11:42 -fies
REQUIEM DE MADRE Aquí yace una pobre mujer que se murió de cansada. En su vida no pudo tener jamás las manos cruzadas. De este valle de trapo y jabón me voy como he venido, sin más suerte que la obligación, más pago que el olvido. Aleluya, me mudo a un hogar donde nada se vuelve a ensuciar. Nadie me pedirá de comer en mi última morada no tendré que planchar ni coser como condenada. Cantan ángeles alrededor de la eterna fregona y le cambian el repasador por una corona. No lloréis a esta pobre mujer porque se encamina a un hogar donde no hay que barrer, donde no hay cocina. Aleluya esta pobre mujer bienaventurada, ya no tiene más nada que hacer y ya no hace nada. SERENATA PARA LA TIERRA DE UNO Porque me duele si me quedo pero me muero si me voy, por todo y a pesar de todo, mi amor, yo quiero vivir en vos. Por tu decencia de vidala y por tu escándalo de sol, por tu verano con jazmines, mi amor, yo quiero vivir en vos. Porque el idioma de infancia es un secreto entre los dos, porque le diste reparo al desarraigo de mi corazón. Por tus antiguas rebeldías y por la edad de tu dolor, por tu esperanza interminable, mi amor, yo quiero vivir en vos. Para sembrarte de guitarra, para cuidarte en cada flor y odiar a los que te castigan, mi amor, yo quiero vivir en vos. EL 45 Te acordás hermana qué tiempos aquellos, la vida nos daba la misma lección. En la primavera del 45 tenias quince años lo mismo que yo. Te acordás hermana de aquellos cadetes, del primer bolero y el té en El Galeon cuando los domingos la lluvia traía la voz de Bing Crosby y un verso de amor. Te acordás de la Plaza de Mayo cuando «el que te dije» salía al balcón. Tanto cambió todo que el sol de la infancia de golpe y porrazo se nos alunó. Te acordás hermana qué tiempos de seca cuando un pobre peso daba un estirón y al pagarnos toda una edad de rabonas valia más vida que un millón de hoy. Te acordás hermana que desde muy lejos un olor a espanto nos enloqueció: era de Hiroshima donde tantas chicas tenían quince años como vos y yo. Te acordás que más tarde la vida vino en tacos altos y nos separó. Ya no compartimos el mismo tranvía, sólo nos reúne la buena de Dios. COMO LA CIGARRA Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aqui resucitando. Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal porque me mató tan mal, y seguí cantando. Cantando al sol como la cigarra después de un año bajo la tierra, igual que sobreviviente que vuelve de la guerra. Tantas veces me borraron, tantas desaparecí, a mi propio entierro fui sola y llorando. Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después que no era la única vez, y volví cantando. Tantas veces te mataron, tantas resucitarás, tantas noches pasarás desesperando. A la hora del naufragio y la de la oscuridad alguien te rescatará para ir cantando. María Elena Walsh -bye |