Título: El Amor no se impone, se gana... Publicado por: Paddy en 4 de Abril 2006, 13:22:31 El amor no se impone, se gana... -------------------------------------------------------------------------------- Frederick William I, rey de Prusia, no se destacó por tener una disposición agradable frente a la vida. De hecho, no le interesaba casi nada ni nadie más, incluyendo su familia. Su propio hijo y sucesor en el trono -Frederick II "El Grande"-, fue una víctima más de su crueldad. La verdadera pasión de este monarca era su ejército, por lo que pasó una gran parte de su vida tratando de establecerlo. No obstante, la rudeza de su carácter era tal, que todos sus súbditos le huían. Siendo ya un anciano, el rey Frederick William I acostumbraba caminar solo por las calles de Berlín. Se cuenta que en uno de esos paseos, un ciudadano lo vio venir e intentó escapar del monarca a través de un portal. Tú—le gritó el Rey—, ¿adónde crees que vas? —A mi casa, Su Majestad—contestó nervioso el hombre. —¿Es esa tu casa?—le preguntó el monarca. —No, Su Majestad-. —Entonces, ¿por qué estás tratando de entrar ahí? —Bueno, Su Majestad—admitió el hombre, preocupado de que lo tildaran de ladrón—, es que no quería encontrarme con usted. —¿Por qué?—preguntó el Rey. —Porque le tengo miedo, Su Majestad. Entonces el Rey alzó el bastón que usaba para caminar y apuntando al hombre, le dijo: «¡Se supone que no tienes que temerme, pedazo de infeliz. Se supone que tienes que amarme!». MORALEJA: Raras veces, las personas siguen a alguien con quien realmente no se llevan bien. No podemos obligar a nadie a que nos ame. El amor se gana, no se impone. Cuando tratamos a los demás con arrogancia, odio, crueldad, desprecio, hipocresía o cualquiera de las cualidades humanas que niegan al amor, nos convertimos en seres indeseables. En efecto, sólamente logramos que los demás nos pierdan la confianza y se alejen de nosotros. ¿No será cínico de nuestra parte el pretender que las víctimas de nuestro indeseable carácter realmente nos amen, o que alguna vez lleguen a amarnos? ¿No será que de nuestro comportamiento hacia los demás, realmente depende el que nos ganemos o no su amor? Existe un refrán que reza: "Semilla que se riega, tarde o temprano florece." Procuremos entonces, sembrar la semilla del amor por dondequiera que vayamos. Comencemos hoy mismo por nuestra familia, amigos, compañeros o vecinos. -------------------------------------------------------------------------------- Gentileza Tamara Mercedes |